En los últimos años ha ido en aumento el número de personas que de forma accidental, espontánea, a través de su participación en talleres de crecimiento personal o mediante la práctica de ciertas técnicas espirituales están teniendo pequeños o grandes despertares de la kundalini, el poder psíquico latente que los orientales explican con una leyenda mitológica (ver recuadro en la pág. 61) y que, en otras culturas, es conocida como energía divina, espíritu santo o viento divino. El fuego divino de la kundalini se manifiesta en el éxtasis de los santos, el samadhi de los adeptos y en el poder curativo que fluye a través de las manos de los sanadores. En Spiritual Awakenings (1995), la investigadora Barbara Harris Whitfield explica: “Cuando la invites a tu vida, esta energía te mostrará cómo mirar desde un punto de vista más elevado”.
DESPERTAR ACCIDENTAL
Una de las experiencias espontáneas más frecuentes que facilita tal despertar es una experiencia cercana a la muerte (ECM), un fenómeno cuya incidencia ha aumentado a escala mundial un 40% aproximadamente, según varios estudios, debido sobre todo a recuperaciones tras accidentes de tráfico y reanimaciones durante intervenciones quirúrgicas.
Hace varias décadas el psicólogo estadounidense Kenneth Ring, autoridad mundial en la investigación de las ECM, avanzó la hipótesis de que éstas actúan como un “catalizador” que propicia el despertar espiritual. “Tras una experiencia así se produce un cambio radical de personalidad, con una nueva motivación profunda y propósito en la vida, y también se experimenta un mayor desarrollo psíquico, es decir, la persona tiende a manifestar una gama de facultades psíquicas que forman parte inherente de su transformación, como si la ECM fuese el impulso breve pero poderoso hacia un estado superior, una vía de acceso a una conciencia superior que no se cierra con la vuelta a la esfera terrenal”, indicaba Ring en 1986 en La senda hacia el Omega. Por su parte, la profesora de religión Carol Zalesky ha señalado en Other World Journeys (1987) que las experiencias cercanas a la muerte pueden introducir un “sentido religioso del Cosmos en el entendimiento científico o secular del individuo”. Es indudable que la ECM favorece la transformación vital, pero no deja de tratarse de una experiencia accidental. En cambio, se puede acceder de forma menos violenta a la transformación mediante otro tipo de experiencias, algunas de ellas más comunes, como las crisis existenciales que producen revelaciones deslumbrantes. El fallecimiento de un ser querido, una enfermedad, dar a luz y la tortura física y emocional son, por ejemplo, vivencias que pueden inducir el conocimiento trascendental desde el interior.
Christina Groff, fundadora de la Kundalini Research Network (California), es un brillante exponente de este tipo de situaciones. Su kundalini se despertó durante el nacimiento de su segundo hijo y ello la llevó a participar en una iniciación formal con Swami Muktananda.
PRECAUCIONES
Pero el más importante de todos es la iluminación. Maestros y terapeutas recomiendan siempre gran cautela al practicar tales técnicas, porque la apertura de la conciencia implica riesgos. Los ejercicios orientales de regulación del prana pueden activar los chakras o estimular la kundalini hasta el punto de producir trastornos nerviosos de diversa gravedad. Isabel Díaz Cano, creadora del método polarización energética, advierte que “es preciso tener mucho cuidado con la técnica elegida. Siempre es preferible tener el asesoramiento de quien haya vivido esa experiencia; no que tenga la información por referencias de otros, sino que haya incorporado ese nivel de vibración energética. Supuestamente, ese proceso tiene que ser duro, difícil y, sobre todo, peligroso. Se habla de riesgo de locura porque para que esa energía suba desde el primero al séptimo chakra, situado en la coronilla, deben estar limpios los canales energéticos. Si no es así, el sistema nervioso no puede soportar la presión”.
Continua......
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