En muchas otras oportunidades he tratado este drama, insisto en él porque resulta imposible hacerlos a un lado, no mirar, no sentir y ver lo que son, NIÑOS, caramba son niños, dónde están sus derechos como venezolanos, como menores de edad, quién los protege??, Dios mío esto es pecado, la indiferencia del estado y de toda la sociedad, claro con sus excepciones, porque existen personas e instituciones trabajando en ese sentido, pero el problema es muy grande, de estado, un PROBLEMA DE NACIÓN, la solución debe ser inmensamente grande.
Tampoco quiero una ayuda que se convierta en ponerle una camisa roja ni de ningún color, para usarlos equivocadamente, políticamente, los políticos trabajan por el voto, no por el pueblo y este régimen ya sabemos que el estado “ soy yo “, el supremo violador de nuestra constitución, solo aspiro que no se sigan violando los derechos de los niños, el derecho a la vida, a la educación y tantos otros derechos que ellos mismos desconocen.
Tengo mucha impotencia, rabia y dolor, porque no puedo hacer nada para cambiar lo que veo, hay ideas y voluntad para ayudarlos, al menos emocional y espiritualmente. Mientras,… podemos acercarnos a ellos y solo ofrecerles un alimento y algunas palabras, pero no es fácil, se requiere un equipo de trabajo con voluntad y por supuesto, recursos y el condimento primordial, amor.
La vida, su corta vida les ha enseñado las cosas feas, lo negativo, los vicios y lo peor de la vida, la carencia absoluta de amor, niños que no sueñan, no juegan, no viven, sobreviven.
Hablé con uno de ellos , hasta me regaló una sonrisa y pude ver en sus ojos, lo que es, un niño. Me dirán cursi, pero al escribir estas líneas se me mojan los ojos.
Muchos de ellos son agresivos, porque es su manera de defenderse del mundo malo que les tocó vivir si acaso eso se puede llamar vida.
Son como adultos enanos, porque al escucharlos pueden pensar que tienen mayor edad, pero la real es de 8 años. En el sector donde los ubiqué, son una banda aproximadamente de 15 niños, 6, 7, 8, 10 años, se drogan, tienen relaciones sexuales y se preparan para ingresar al gremio delictivo.
Le pregunto al niño por sus padres y me dijo que no tenía, cuesta un mundo la comunicación, porque tienen mucho temor a las personas adultas, se notaba nervioso, inseguro y sin la confianza para decir todo lo que sentía.
Solo conocen a unas supuestas personas que los trataban a las patadas, los mandaban a trabajar, los padrastros, por eso se escaparon y andan de su cuenta en la calle.
Tenía hambre y esa era su prioridad, estaba tan sucio que le dije, tu tienes derechos, eres venezolano, busca ayuda y le indiqué un sitio a donde ir, le dije que no podía estar tirado allí en el piso, que él era una persona especial y merecía cosas buenas, me miraba y bajaba la cara, mi presencia lo perturbaba, debe parecer extraño que alguien quisiera hablarle, sin pedirle nada a cambio.
En realidad, el sitio en cuestión queda en Chacao, ellos van, pero se escapan, se acostumbraron a estar en la calle, pero debe existir una manera de sacarlos de ese abismo. Ese niño en unos años, puede atracarte o asesinar a cualquiera de los tuyos, a ti mismo, a mí, y será un hombre repudiado por todos, ya que, el aprendizaje lo convirtió en un criminal.
La actitud general de las personas en la calle es el rechazo, no permiten que sus propios niños los miren, se pueden contagiar, son pateados de todos los lugares como cuando se espanta a un perro sarnoso, siempre alguien hace la diferencia y hace un acto de buena voluntad, pero todo es en vano, porque la mayoría los maltrata y crecen con ese odio para ese mundo diferente e indiferente, donde los niños tienen bicicletas y hasta zapatos, están limpios y hasta tienen padres, una familia.
Así es la vida dirán muchos, yo no tengo la culpa, eso es a causa de las mujeres que se ponen a parir y luego los abandonan, pues no es la respuesta para mí, porque Dios nos invita a amar al prójimo, es fácil amar a tus hijos, pero como cuesta darle una mano al ser desconocido, que no tiene la culpa de haber llegado a este mundo.
Ustedes imaginen cualquiera de estos niños callejeros, afeitados, limpios, vestidos y perfumados, no dudarían en regalarles una sonrisa, por el simple hecho de ser niños, pero como los vemos como mendigos, olvidamos lo que son.
Los adultos somos los pilares, el sostén, la base sólida, nosotros abajo soportando los problemas, la carga de la vida y ellos arriba, protegidos, seguros y apoyados en nosotros, en este caso, los niños de la calle están abajo, llevando el peso que no son capaces de soportar; débiles crecen, con arrugas prematuras en su piel, cicatrices en su alma, miradas perdidas y un corazón seco y vacío, que con los años se vuelve impenetrable.
Qué Dios los proteja y que las personas sean más humanas…reflexión, sentimiento, necesitamos muchas cosas para lo que queremos cambiar, sería bueno comenzar por nosotros mismos, quizás así, podríamos cambiar otras cosas…reflexión….!!!
la fuente de esta notcia es ovario.blogspot.com
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