Por otra parte, de acuerdo al informe
del Programa de Naciones Unidas contra el SIDA (ONUSIDA) las edades más
afectadas por el SIDA son entre 25 y 34 años, todos los días hay 6 000
jóvenes entre 15 a 24 años de edad y 2 000 niños menores de 15 años que
se contagian. Una décima parte de las nuevas personas infectadas son
menores de 15 años, lo que lleva a 2,7 millones el número de niños que
viven actualmente con el VIH. Se cree que la mayoría de ellos
(aproximadamente 90 %) ha contraído la infección a través de sus madres
por medio del embarazo, parto o lactancia. Más de 13 millones de niños
han quedado huérfanos por el SIDA, y 1 600 fallecen diariamente (2,3).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para esta década
cuando menos 110 millones en el mundo estarán infectadas con el VIH. La
principal forma de transmisión del VIH/SIDA es la sexual, un 90 % (3).
Por otra parte, la problemática del
VIH/SIDA tiene tantas implicaciones sociales, que se hace necesario un
análisis de los factores capaces de afectar su incidencia en la
población. Entre estos, el conocimiento sobre la enfermedad puede tener
un papel importante sobre las conductas de riesgo de la población. Sin
embargo, cuando se revisa la literatura se puede llegar a una conclusión
inesperada y preocupante: el conocimiento adecuado sobre la enfermedad,
los métodos de prevención de la misma, y su importancia como problema
de salud pública, no siempre se asocia a la disminución de las conductas
de alto riesgo. Por ejemplo, el "Durex Global Sex Survey 2002",
un estudio de aproximadamente 50 000 personas a nivel mundial, en
relación con sus hábitos sexuales, encontró que, a pesar de que 65 % de
los entrevistados afirmó que el VIH/SIDA es un problema serio en sus
países, 40 % de ellos reconoció haber mantenido relaciones sexuales sin
uso de preservativos con parejas nuevas en los últimos 12 meses, y 30 %
respondió que tendrían relaciones con nuevas parejas aunque éstas se
negaran a utilizar preservativos (5).
Uno de los factores que puede tener
influencia sobre el conocimiento acerca de VIH/SIDA es el nivel social.
Es sabido que los individuos de estratos sociales menos favorecidos
tienen poco acceso a los sistemas educativos y de información general y,
por tanto, están menos expuestos a las campañas de información sobre
VIH/SIDA.
Otro punto interesante lo constituye
la sexualidad en los adolescentes. En Venezuela los adolescentes y
jóvenes (10 a 24 años de edad) constituyen alrededor del 32 % de la
población total. La iniciación sexual en Venezuela se hace a temprana
edad. Las tasas de fecundidad son altas en la población adolescente.
Según los resultados de la primera Encuesta de la Juventud Venezolana
aplicada por el Ministerio de la Familia en 1993, se determinó que el 25
% de los jóvenes tuvo su iniciación sexual entre los 10 y 14 años de
edad, y el 68 % la tuvo entre los 15 y 19 años (1). Según la misma
encuesta sólo el 39 % de los jóvenes utilizaba métodos anticonceptivos
lo cual conduce a una elevada probabilidad de adquirir el VIH (1). De
allí, que la vulnerabilidad de la población joven se ve incrementada por
su escaso conocimiento sobre la propagación del VIH y como puede
evitarse la infección.
Nota este articulo es la introduccion del articulo publicado en la gaceta Medica de Caracas Gac Méd Caracas v.113 n.3 Caracas jul. 2005
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